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A no bajar los brazos, rendirse no es una opción

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Todos tenemos un hito que nos marca de por vida: el de Arturo fue la falta de aire, a las 8 de la mañana luego de un cumpleaños de 15 hace ya 30 años, que devino en internaciones, cansancio y falta de aire, hasta un diagnóstico lapidario de EPOC en 2011: “tenés 6 meses de vida” le dijo un médico entonces.

Lejos de amedrentarlo y como si saboreara su destino, Arturo Bustos decidió encarar el gran desafío de su vida dando batalla, con todas sus fuerzas y toda su entereza. Es menester aclarar que contaba con el apoyo incondicional de su familia que lo acompaña; fue y es su pilar en todo momento.

Así, con mucha fuerza de voluntad, optimismo y ganas de vivir, Arturo logró mejorar de a poco y superar la crisis que lo había hecho tocar fondo. Se puede vivir una vida normal con EPOC… 

Arturo a sus casi 77 años vivió mil vidas en una, con una exitosa carrera en la Policía Federal Argentina donde con casi 30 años de servicio obtuvo el grado de Suboficial Mayor en la fuerza. A la vez, tuvo trabajos alternativos porque es un “buscavidas” que ama aprender y hacer de todo. Así, ejerció como pintor, peluquero, comerciante, plomero, electricista, etc. y en la actualidad, todavía disfruta de realizar el mantenimiento de su casa.

Desde hace 3 años, Arturo es paciente de VitalAire Argentina y utiliza el servicio de oxigenoterapia domiciliaria. Además de tener una familia muy grande que disfruta mucho de su compañía, no lo deja solo y siempre están dispuestos para compartir momentos con él. Su esposa Fanny lo acompaña incondicionalmente y su hija menor Ailén, de 24 años, asumió el rol de cuidadora de su padre, y organiza sus salidas y necesidades médicas para que tenga todo lo necesario cuando se traslada.

Arturo se entusiasma ante la posibilidad de ser un ejemplo positivo para quienes padecen EPOC y expresa: “No hay que bajar los brazos, rendirse no es una opción”.